Una de las salas de Serendipia Social

Hace cinco años, las hermanas Elena y Sonia decidieron emprender juntas y poner en marcha una idea que tenían desde hace tiempo. Ambas, una trabajadora social y la otra educadora social, con una profunda visión social y gran complicidad, fundaron Serendipia Social, un proyecto con el que se enfrentaron a grandes retos. Como recuerda Elena, “el camino no ha sido fácil, especialmente por la pandemia que nos mantuvo un año sin trabajar”. A pesar de esto, siguieron trabajando duro.

Un año después, tuvieron la oportunidad de organizar campamentos en zonas rurales de Segovia. “Esto nos llevó a enfocar nuestras actividades hacia la dinamización rural”, cuenta Sonia. A partir de este punto, comenzaron a poner en marcha diferentes iniciativas sociales en la región, un paso que les permitió seguir trabajando en su proyecto soñado y encontrar una fuente de motivación. “Lo que comenzó como un desafío, se transformó en una motivación constante”, explica Elena.

El apoyo familiar, un pilar fundamental de Serendipia Social 

Elena y Sonia de Serendipia Social

A lo largo de su camino, las hermanas contaron con un factor clave, el apoyo incondicional de su familia. De hecho, tuvieron la suerte de incluir en Serendipia Social a su hermana Mónica, formando un “equipo fuerte de tres patas”. Sin embargo, un tiempo después, se encontraron de nuevo piedras en el camino. “La pérdida de nuestra tercera pata ha sido el reto más difícil que hemos tenido que afrontar”, explica Sonia. A pesar de este dolor, su determinación y la red de apoyo que han creado, junto con su hermano y su familia, les permitió seguir adelante. 

El 2024 fue un año importante para Serendipia Social. Después de todos los altibajos, las dos hermanas abrieron un local en Pedraza, municipio de Segovia, donde actualmente desarrollan actividades socioculturales y socioeducativas. “Desde aquí, creamos proyectos de dinamización rural orientados al ocio, la cultura, el turismo y, sobre todo, a lo social”, explican Elena y Sonia. De hecho, son varias las actividades que ofrecen: talleres continuos, actividades para ayuntamientos y asociaciones culturales, actividades para empresas, eventos privados y un escape room (junto con Element 106) que tiene como objetivo transmitir la identidad cultural de la región.

Un viaje de crecimiento personal y profesional 

La conexión con otras personas y entidades que comparten los valores de Elena y Sonia, también han sido muy importantes para el desarrollo y crecimiento de Serendipia Social. “Hemos conocido a personas con las que desarrollamos iniciativas que nos encantan”, afirman las fundadoras, agradeciendo el apoyo mutuo que han encontrado en su entorno. Una de estas asociaciones es ADEME, la cual ha sido clave para hacer más sencillo su camino en el emprendimiento social. 

Finalmente, podemos afirmar que Serendipia Social ha sido mucho más que un proyecto profesional: ha sido un viaje de aprendizaje, superación y amor por lo que hacen. “Nuestro entorno es lo que nos sostiene y nos permite seguir adelante luchando, trabajando y, poco a poco, cumplir el sueño de vivir de nuestras vocaciones”, concluyen Elena y Sonia, reflejando la esencia de su esfuerzo y la importancia de mantener una visión clara durante todo el proceso. 

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